domingo, 26 de diciembre de 2010

SEGUNDO DÍA, DOMINGO 5 DE DICIEMBRE DE 2010


Nuestro primer día en Roma. Nos levantamos temprano. El desayuno lo tenemos contratado. En el mes de agosto, hicimos la reserva de alojamiento y desayuno para los días 5,6,7 en un Hotel en Roma. Buscábamos un sitio que estuviera en el centro, cerca de Temini y que no fuera de malo ni bueno. El Hotel Mondial es un cuatro estrellas, que en Internet tenía buena crítica. El precio fue lo mejor 255 euros en habitación estandar.

El desayuno se da a las 6:30, pero como es domingo se retrasa hasta la s 7:30. La verdad es que bajamos temprano ya que a las 7:35 ya estabamos entrando en el comedor. Es tipo Buffet por lo que ya os imagináis lo que supone para un español. Tomamos capuchino, con zumo de naranja, bollería variada, tostada con mantequilla y mermelada de frutas del bosque, pero había salchichas, tortilla, huevo duros, macedonia de frutas, piña, melocotón, yogures, etc... en una palabra: mucho y bien e incluso nos preparamos dos bocatas de jamón y queso, y queso con chorizo en un pan redondo y pequeño para la comida del mediodia.
Subimos a la habitación para lavar los dientes, preparamos la mochila y cogimos los bocatas y la manzana para el mediodia.
Hoy tenemos una visita contratada de las tres que tenemos organizadas mediante Atrápalo, pero como es muy temprano decidimos visitar la primera iglesia de las muchas que hay en Roma.

Situada en la plaza del Esquilino, Santa María Maggiore como se llama en italiano, es una de las cuatro mayores basílicas de Roma. Y según la leyenda, fue la propia Virgen María, quién indicó en sueños al Papa Liberio hacia el año 356, donde ubicar la iglesia, cuando tras producirse una inusual nevada en una noche de Agosto, dijo que se consagrara ese lugar, por lo que también se la conoce como Nuestra Señora de las Nieves.
Su arquitectura presenta una fachada barroca bellamente decorada con una loggia, y cuenta con un gran campanario, que es el más alto de la ciudad, con 75 metros. Bajo su pórtico del siglo XII, se situó la estatua de bronce de Felipe IV de España, quién ejerció de mecenas de la basílica.
A la izquierda del pórtico hay una escalera que lleva a la loggia, donde se encuentran los hermosos mosaicos que se antojan imprescindibles de disfrutar. Desde la loggia se dirigieron los Papas a la multitud durante años, con su bendición urbi et orbi.
En su interior, podemos encontrar a lo largo de la nave central distintos paneles de mosaicos, que datan del siglo V, y que representan diferentes escenas del antiguo testamento. En el arco triunfal, también vemos mosaicos con clara influencia bizantina, además de cerca del altar y en el ábside.
El techo de la Basílica de Santa María la Mayor esta decorado con rico artesonado, en el que se empleó el primer oro que llegó de América. Cuenta con varias capillas de gran belleza, como la capilla Sixtina y la capilla Paulina, entre otras.

EL SECRETO MEJOR GUARDADO DE SANTA MARIA LA MAYOR
Para encontrar el "secreto" o el "tesoro" al que hacemos referencia, debemos ir hacia una capilla situada en la parte derecha del templo nada más entrar, y allí rápidamente nos percataremos de la presencia de una espectacular urna con forma de cuna elaborada en plata, que pese a su belleza no es el verdadero tesoro, un secreto mucho menos espectacular y llamativo a la vista, pero de un enorme valor histórico y religioso, ya que esta urna situada en Santa María la Mayor alberga los restos del pesebre donde supuestamente fue acostado Jesucristo nada más nacer en "el Portal de Belén".

En realidad lo que se guarda no son más que cinco tablas, pero no cabe duda que el valor "sentimental" y religioso de esas cinco tablas supera con creces el de su lujoso envoltorio.
Luego bajamos por la calle Cavour, en dirección al Colosseo, para parar en la pequeña y sencilla iglesia de San Pedro in Vincoli, en la zona del Coliseo, que conserva una de las grandes obras de arte de la humanidad, el Moisés de Miguel Angel.

La Basilica de San Pedro ad vincula en Roma, es universalmente conocida como la “Iglesia del Moisés de Miguel Angel”.

En efecto a pesar de las muchas obras de arte importantes que se conservan en su interior, es en el fondo de la nave derecha donde casi toda la mayoria de los turistas se dirigen para ver y admirar de cerca una de las mejores creaciones de marmol que realizó el genio toscano en la primera mitad del siglo XVI.

El origen paleocristiano de la iglesia – siglo IV/V – es actualmente reconocible solo en la planta muy sencilla de tres naves, divididas por 20 fantasticas columnas romanas con fustes acanalados y capiteles doricos, y por la presencia de tres absides. En el curso de los siglos distintas restauraciones y recostrucciones han modificado su aspecto tanto que, por ejemplo, se taparon las ventanas circulares de la nave central y de la fachada, se añadiò un portico (s. XV), se cubriò el transepto y las naves menores con bodedas de crucerias (s.XV) y se rehizo el antiguo techo de la nave central con otro que tiene una bodeva de cañon con un fresco de Giovanni Battista Parodi (s. XVIII).
En las antiguas descipciones literarias de Roma la basilica era conocida también con el nombre de “Basilica Eudossiana” a causa de la importante donación que hizo la emperatriz Eudoxia, esposa del emperador de occidente Valentiniano III (425-455) hijo de la celebre Galla Placidia, al papa Leon (440-461) y a toda la comunidad cristiana de Roma, de las preciosas reliquias de las cadenas con las que ataron a San Pedro durante su prisonia en Jerusalén.

La leyenda dice que cuando el mismo papa Leon Magno acercò estas cadenas con las otras de su propiedad y que la tradiciòn reconocia con las que fueron utilizadas durante el encarcelamiento del Apostol en la Carcel Mamertina (en el area del Foro Romano), estas se unieron milagrosamente!
Eudoxia financiò pues la recostrucciòn de la basilica (a. 442) y fue tomada la decisiòn de guardar las cadenas en un reliquiario puesto bajo el altar en un nivel inferior respecto al pavimento o sea en la confesiòn.
En el 1876 el artista Virginio Vespignani realizò el baldaquino actualmente visible sobre el altar y el urna de bronce dorado con las cadenas.

Entre las obras de arte que es posible admirar en el interior de la Basilica de San Pedro in Vincoli , hay que mencionar varios cuadros del siglo XVII del Guercino, del Domenichino, de Pier Francesco Mola; frescos del siglo XVI de Jacopo Coppi (artista manierista), monumentos funebres del siglo XV, un importante mosaico medieval del siglo VII, un sarcofago paleocristiano y, en el subsuelo, restos de una antigua domus romana del siglo III.

Ya son las 9:30 por lo que al Colosseo (la hora en Italia es como en España), contratamos la visita por Internet mediante Atrápalo, para dos adultos para la actividad Tour de los gladiadores: Coliseo y Palatino (visita guiada), las instrucciones son: A la salida Colosseo del metro línea B, señal que pone "Etruscan Travel", Roma. Precio 118 €. La visita parece muy interesante y pensar que estamos ante el monumento por excelencia de Roma.

¡¡¡No aparece ni Dios¡¡¡, entramos en el metro tres veces, buscamos salidas de metro, preguntamos a guía, en la puerta del metro, nadie conocía a "Etruscan Travel". Inma ya estaba que echaba chispas...

Llamamos al teléfono de contacto de emergencias (00393289040130), no hay nadie. Ya desesperados nos vamos al Coliseo por nuestra cuenta. La cola impresionante, pero como ya sabéis si no se le hecha melones no hacemos nada. Saco de la mochila el papel de atrápalo donde figura la visita guíada, le digo a Inma que venga y no se despegue. Nos metemos por visitas en grupo, vamos caminando paralelos a una cola de por lo menos 2 ó 3 horas, al llegar a medio camino un tio me dice a donde voy, le enseño el papel y le digo: "escusi...visita guiada" y me contesta...:Señor al final a la derecha....¡¡¡¡TOMA¡¡¡¡

Ya estamos dentro, al final a la derecha hay ocho cabinas para comprar las entradas, las tres primeras visitas guiadas y la cuarta separada por una fina cuerdita, la de venta de ticket... por un descuido pasé por debajo de la cuerdita y ya estoy de segundo de la fila. Todo es suerte ya que el que estaba de segundo, venía retrasado por detrás de una columna situada estratégicamente para que no me viera...
Y le digo: Hola buenos días, visita guiada en español por favor... ¡¡¡A las 10:30 horas¡¡¡ ¡¡¡¡TOMA Y TOMA¡¡¡

Nuestra guía es Elena, que nos muestra el colosseo por dentro. Deciros que por fuera nos disilusionó un poco, tan sucio, tan roto, tan todo, pero por dentro pese a su aspecto, fue otra cosa.
Coliseo de Roma - Anfiteatro de Roma
El Coliseo de Roma es el monumento más característico de Roma. Se trata de un anfiteatro que en sus orígenes recibió el nombre de Anfiteatro Flavio.Con un aforo de unas 50000 personas, el Coliseo de Roma fue el anfiteatro más grande del Imperio Romano y en él tenían lugar las luchas de gladiadores y otros “espectáculos” como la la ejecución de los condenados a muerte por parte de distintas fieras traidas de todas partes del mundo y en las que los reos hallaban la muerte de una forma cruel.

Los espectáculos empezaban de buena mañana, con la lucha entre humanos y fieras, a la hora de comer se realizaban las ejecuciones de los condenados a muerte por medio de diversas fieras, mientras que el espectáculo más esperado, el de la lucha entre gladiadores, tenía lugar por la tarde.

La entrada era gratuita y los enormes gastos que generaba eran sufragados por el Imperio Romano. Según la clase social que ostentaban los habitantes de Roma, tenían derecho a alojarse en unas u otras gradas. Los habitantes más adinerados e influyentes se disponían en las gradas más cercanas a la arena, donde se podía visualizar mucho mejor lo que ocurría en ella. La clase media se ubicaba en las siguientes gradas, mientras que las clases más bajas lo hacían en las últimas gradas, las más alejadas de la arena.
La visita incluye bajar a la arena, lo cual sólo se permite con la que organiza la "Soprintendenza Archeologica". Deciros que lo que es un invento son los walkie que nos dan a cada uno, lo que permite que la guia vaya hablando delante nuestra y que nosotros la sigamos a una distancia más o menos cómoda para poder ver y sacar fotos.

El billete que compramos en el Coliseo nos permitía visitar también el Palatino y el Foro. Nos dimos una última vuelta y camino al Palatino, que está muy cerca, pasando por el Arco de Constantino.
El Arco de Constantino se encuentra situado al lado del Coliseo Romano. Se construyó en honor de Constantino en el año 315 d.C, 22 años antes de la muerte del emperador para conmemorar su victoria frente al emperador Majencio en la batalla del Puente Milvio. El emperador constantino suele ser considerado el primer emperador cristiano.
Éste se convirtió al cristianismo en su lecho de muerte, recibiendo el sacramento del bautismo.
Pese a la conversión al cristianismo de Constantino, el Arco de Constantino no tiene ninguna referencia al respecto. La mayoría de estatuas y relieves que componen el Arco se aprovecharon de monumentos anteriores y se pueden observar desde relieves de Marco Aurelio a estatuas de prisioneros dacios extraidas del foro de Trajano. Otros relieves también se hace referencia a la victoria de Trajano frente a los dacios.
Ni siquiera los medallones redondos de los arcos son originales, ya que datan del siglo II d.C. Éstos datan de la época de reinado de Adriano y representan escenas de caza y de sacrificios.

En el Palatino había dos colas, una pequeña para entrar con entrada y otra de 45 minutos para comprarla. Es seguramente la colina más famosa de Roma, y en ella se asentaron los primeros habitantes que poblaron este lugar, mil años antes de Cristo aproximadamente. Por ello, también se le conoce como la cuna de Roma. Según la tradición, hacia el año 750 a.C Rómulo y Remo fundaron en este emplazamiento la "Roma quadrata".
También cuenta la leyenda, que era en el Palatino donde se encontraba la cueva de la loba, Lupercal, donde se amamantó a los gemelos fundadores de Roma, Rómulo y Remo.
Es un paraje con extensiones de césped y grandes pinos, que durante la República se convirtió en el barrio donde residía la clase dirigente romana y los más ricos. Ya en la época imperial, paso a ser la residencia oficial de los emperadores desde que lo hiciera el emperador Augusto, quién quiso manifestar así la relación entre el emperador y el fundador de la ciudad, Rómulo, además de la ascendencia divina de ambos. En el Palatino tuvieron también su morada Tiberio, Nerón y los Flavios entre otros.

En esa época, el término palatium acabo designando tanto a la colina como al palacio del emperador. Este vocablo se extendió a otras lenguas europeas.
Debido a que se ubicó allí la clase política, se llenó el lugar de palacios y domus, que eran las viviendas unifamiliares romanas, de familias con cierto poder económico. Entre las domus más destacadas del Palatino, está la Tiberiana, que fue el primer auténtico palacio imperial.
Además está allí la Domus Flavia, que fue residencia oficial y pública de los emperadores, y la Domus Augustana que era la residencia privada del emperador. Por otro lado se halla el gran estadio del Palatino en forma de circo, que estaba rodeado por un pórtico de dos pisos. Lo mando construir Domiciano y estaba concebido para celebrar en él distintas competiciones y fiestas.

Otros restos arqueológicos de interés son el Templo de Cibeles, del que se conserva su podio, o la importante casa de Livia, claro ejemplo de una rica residencia romana. También merece la pena ver lo que queda de los jardines Farnesianos y el Criptopórtico, que era una galería que recorría un lateral del palacio de Tiberio.
Es un privilegio poder andar por donde estaba emplazada la residencia imperial, y sobre todo porque fue aquí donde nació Roma.
La verdad es que fue un pequeño fiasco, ya que está todo allí, pero no se ve nada. La siguiente parada es el Foro, que visto lo visto nos encantó. Deciros que nos hemos bajado mucha información de internet y que para las visitas utilizábamos la guía Trotamundos, que está bastante bien.

EL FORO ROMANO

El Foro Romano (en latín, Forum Romanum, aunque los romanos se referían a él comúnmente como Forum Magnum o simplemente Forum) era el foro de la ciudad de Roma, es decir, la zona central en torno a la que se desarrolló la antigua ciudad y en la que tenían lugar el comercio, los negocios, la prostitución, la religión y la administración de justicia. En él se situaba el hogar comunal. Series de restos de pavimento muestran que sedimentos erosionados desde las colinas circundantes ya estaban elevando el nivel del foro en la primera época de la República. Originalmente había sido un terreno pantanoso, que fue drenado por los Tarquinios mediante la Cloaca Máxima. Su pavimento de travertino definitivo, que aún puede verse, data del reinado de César Augusto.

Actualmente es famoso por sus restos, que muestran elocuentemente el uso de los espacios urbanos durante el Imperio Romano.

Un camino procesional, la Vía Sacra, cruza el Foro Romano conectándolo con el Coliseo. Al final del Imperio perdió su uso cotidiano quedando como lugar sagrado.

El último monumento construido en el Foro fue la Columna de Focas. Durante la Edad Media, aunque la memoria del Foro Romano persistió, los edificios fueron en su mayor parte enterrados bajo escombros y su localización, la zona entre el monte Capitolino y el Coliseo, fue designada Campo Vaccinio o ‘campo bovino’. El regreso del papa Urbano V desde Aviñón en 1367 despertó un creciente interés por los monumentos antiguos, en parte por su lección moral y en parte como cantera para construir nuevos edificios. Se extrajo gran cantidad de mármol para construcciones papales (Vaticano principalmente) y para cocer en hornos creados en el mismo foro para hacer cal. Miguel Ángel expreso en muchas ocasiones su oposicion a la destrucción de los restos. Artistas de finales del siglo XV dibujaron las ruinas del Foro, los anticuarios copiaron inscripciones desde el siglo XVI y una excavación profesional fue comenzada a finales del siglo XVIII. Un cardenal tomó medidas para drenarlo de nuevo y construyó el barrio Alessadrine sobre él. No obstante, la excavación de Carlo Fea, quien empezó a retirar los escombros del Arco de Septimio Severo en 1803, y los arqueólogos del régimen napoleónico marcaron el comienzo de la limpieza del Foro, que no fue totalmente excavado hasta principios del siglo XX.

En su estado actual, se muestran juntos restos de varios siglos, debido a la práctica romana de construir sobre ruinas más antiguas.
En el Foro, en el edificio que fue en su momento el senado, había una exposición muy interesante que seguro os resultan conocidos.

Toca marcharse y seguir con nuestra visita, por lo que nos dirigimos hacia lo que en su momento fue el Circo Máximo (en latín Circus Maximus, la pista de carreras mayor) era una antigua pista de carreras, lugar de reunión para espectáculos populares situado en Roma.
Situado en el valle entre los montes Aventino y Palatino, el lugar fue utilizado primero para juegos públicos y entretenimientos por los reyes etruscos de Roma. Ciertamente, los primeros juegos de los Ludi Romani (‘Juegos Romanos’) fueron organizados en ese lugar por Lucio Tarquinio Prisco, el primer gobernante etrusco de Roma. Algo después, el Circo fue el lugar destinado a los juegos y fiestas públicas tomados de los griegos en el siglo II a. C. La demanda de entretenimientos populares a gran escala por parte de la ciudadanía romana llevó a Julio César a ampliar el Circo sobre el 50 a. C., tras lo cual la pista medía aproximadamente 600 metros de largo, 225 metros de ancho y podía albergar a unos 150.000 espectadores sentados (muchos más, quizá un número parecido, podían ver los juegos de pie, agolpados en filas sobre las colinas adyacentes). En el 81 dC, el Senado construyó un arco triple en honor de Tito junto al extremo este (que no debe confundirse con el Arco de Tito de la Vía Sacra, en el lado contrario del Palatino). El emperador Domiciano conectó su nuevo palacio del Palatino al Circo para poder ver más fácilmente las carreras. Más tarde Trajano añadió otros 5.000 asientos y amplió el palco del emperador para incrementar su visibilidad pública durante los juegos.

El acontecimiento más importante celebrado en el Circo era la carrera de carros. En la pista cabían hasta 12 carros y los dos lados de la misma se separaban con una mediana elevada llamada la spina. Las estatuas de varios dioses se colocaban en la spina y César Augusto también erigió un obelisco egipcio en ella. En cada extremo de la spina estaba colocado un poste de giro, la meta, en torno al cual los carros hacía peligrosos giros a gran velocidad. Un extremo de la pista se alargaba más que el otro, para permitir que los carros se alinearan al comienzo de la carrera. Allí había verjas de salida o carceres, que escalonaban los carros para que todos ellos recorrieran la misma distancia en la primera vuelta.

Recorrimos un poco su perímetro lo que nos llevó directamente al S. Maria In Cosmedín, para hacer el rito de meter la mano en la Boca de la Verdad. Tenía varias pregunas para Inma, pero por lo que pude apreciar decia la verdad, ya que la tradició dice que la boca debora la mano del mentiroso. ¿Será verdad?
Poca cola al principio, hasta que llegó una excursión de japoneses, que daba la impresión que regalaban algo en la iglesia. Además se sacaban la foto uno a uno, con cámaras enanas que seguro tenían mogollón de megappiiixxeeelll.

Es muy curiosa esta iglesia, tiene una nave central con dos laterales: estos se dividen por medio de cuatro pilastras y dieciocho antiguas columnas. En las paredes laterales se incluyen algunas de las antiguas columnas de la Statio Annonae. Otros fragmentos del antiguo edificio pueden verse en la cripta.

Pinturas de los siglos VIII al XII, en tres capas, se conservan en la parte superior de la nave y en el arco triunfal. La Schola cantorum es del siglo XIII, mientras que el altar central es una pieza de granito rojo del año 1123. El candelabro oriental también es del siglo XIII.

La sacristía alberga un precioso fragmento de mosaico del siglo VIII traído aquí desde la antigua Basílica de San Pedro. De la restauración del siglo XVIII, quedan hoy la capilla del Crucifijo y el Baptisterio.


Las visitas las vamos organizando por zonas, antes de llegar a Roma, con el mapa delante lo dividimos en partes, y lo que hacemos en visitar lo que tenemos señalado en la zona correspondiente.
Por lo que toca ir hacia la Plaza del Campidoglio o Plaza del Capitolio (en italiano, Piazza del Campidoglio) se encuentra en la cima de la Colina Capitolina en Roma.

[editar] Historia
La plaza fue proyectada por Miguel Ángel que la diseñó con todo detalle, incluida la pavimentación. Su planta ligeramente trapezoidal, sobre la que alineó Miguel Ángel los nuevos palacios, tenía la función de expandir la perspectiva hacia el foco visual constituido por el Palazzo Senatorio.

Se cuenta que la reforma de la plaza le fue encargada por el papa Pablo III, el cual se avergonzaba del estado en el que se encontraba la célebre colina (en aquella época llamada colle caprino, esto es, colina caprina, por ser utilizada como pasto para las cabras),[1] lugar del desfile triunfal organizado en Roma en honor de Carlos V en 1536.

Miguel Ángel proyectó de nuevo, completamente, la plaza, haciéndola volverse no hacia el Foro Romano sino hacia la Basílica de San Pedro, que representaba el nuevo centro político de la ciudad. Con tal fin pensó construir un nuevo palacio, llamado por esto Palacio Nuevo para cerrar la perspectiva hacia la Basílica de Santa María en Aracoeli, rediseñó el Palacio de los Conservadores eliminando todas las estructuras medievales, armonizándolo con el Palazzo Senatorio al que añadió doble escalinata que servía para acceder a la nueva entrada, no vuelto más hacia el foro sino hacia la plaza; Miguel Ángel proyectó también la escalinata de la Cordonata y la balaustrada desde la que tiene vistas hacia la plaza de Aracoeli, que queda en un plano inferior.[2]

La estatua ecuestre de Marco Aurelio en bronce dorado, anteriormente situada en la plaza de San Juan de Letrán, fue colocada en el centro de la plaza por deseo de Pablo III; la estatua original, después de una larga restauración que ha sacado a la luz trazas de dorados, está actualmente conservada en los Museos Capitolinos, mientras que sobre la plaza se colocó una copia.

Los trabajos fueron tan lentos que Miguel Ángel sólo pudo ver acabada la doble escalinata que servía para el nuevo acceso al Palazzo Senatorio. Fueron completándose conforme el proyecto original y la plaza se acabó en el siglo XVII, aunque la pavimentación se realizó según los diseños originales del artista sólo en 1940.

La Cordonata está adornada por varias obras escultóricas: en la base están puestas las estatuas de dos leones; hacia la mitad de esta la estatua de Cola di Rienzo; en lo alto de la escalinata se encuentran las estatuas de los dioscuros Cástor y Pólux, provenientes de un templo de los Dioscuros en el Circo Flaminio y dos trofeos de armas marmóreos, llamados I Trofei di Mario («Los trofeos de Mario»), provenientes del ninfeo homónimo de plaza Vittorio.

El Palazzo Senatorio es hoy la sede del Ayuntamiento de Roma, mientras que los Museos Capitolinos, abiertos en el año 1735 (uno de los museos públicos más antiguos del mundo) están alojados en los otros dos palacios, unidos por una galería subterránea, la Galleria Lapidaria.

La imagen de la estatua ecuestre de Marco Aurelio, así como el diseño del suelo de la plaza también aparecen en el pasaporte italiano.

Luego como está al lado nos fuimos Monumento a Víctor Manuel II. Llamado también en italiano Monumento Nazionale a Vittorio Emanuele II, es un enorme monumento de la ciudad de Roma, Italia, realizado en honor del primer rey de la Italia unificada, Víctor Manuel II. Se sitúa entre la Piazza Venezia (Plaza de Venecia) y la Colina Capitolina. Fue diseñado por Giuseppe Sacconi en 1895; fue inaugurado en 1911 y completado en 1925.

El monumento está construido con mármol blanco, mostrado por ejemplo en las majestuosas escaleras o las columnas corintias. También dispone de varias fuentes y esculturas del propio rey Victor Manuel y dos estatuas de la diosa Victoria con sendas cuadrigas. La estructura mide 135 metros de ancho y 70 metros de altura (incluyendo la cuadriga y las alas de las diosas llega a 81 metros). Nos dimos una vuelta por la planta baja donde se encuentra el museo de la unificación de Italia. Se puede subir a su tejado pero había una larga cola y su precio era 8 euros, por lo que desistimos. Empieza a caer la noche y nos fuimos en dirección, a la maravillosa Fuente de Trevi (en italiano Fontana di Trevi) que de noche debe ser más preciosa si cabe, decir que es la mayor (con 25,9 m de alto y 19,8 de ancho) y más ambiciosa de las fuentes barrocas de Roma (Italia).

La fuente está situada en el cruce de tres calles (en italiano tre víe), marcando el punto final del Aqua Virgo (en italiano Acqua Vérgine), uno de los antiguos acueductos que suministraban agua a Roma. En el 19 a. C., supuestamente con la ayuda de una virgen, los técnicos romanos localizaron una fuente de agua pura a sólo 22 km de la ciudad (escena representada en la actual fachada de la fuente). Esta Aqua Virgo corría por el acueducto más corto de Roma directamente hasta los Baños de Agripa y fue usada durante más de cuatrocientos años. El golpe de gracia a la vida urbana de la Roma clásica tardía fue la rotura de los acueductos por parte de los asediadores godos. Los romanos medievales quedaron reducidos a sacar agua de pozos contaminados y del río Tíber, que también se usaba como cloaca.
Fijaros como iba el rio y que color tiene.

La costumbre romana de construir una bella fuente al final de los acueductos que traían agua a la ciudad fue resucitada en el siglo XV, con el Renacimiento. En 1453, el papa Nicolás V terminó de reparar el acueducto Aqua Virgo y construyó una simple pila, diseñada por el arquitecto humanista Leon Battista Alberti, para anunciar la llegada del agua. Deciros que la plaza estaba abarrotáááááá´¡¡¡



Nos vamos en dirección al Campo de Fiori, para cenar, por lo que pasamos por delante del Panteón que ya estaba cerrado, lo vemos por fuera y nos vamos en dirección a la Piazza Navona, que estaba muy animada debido a un mercadillo navideño que afeaba la plaza, pero animaba el ambiente.

Entramos en la iglesia Sant Agnese en Agone, su autor, Borromini revirtió la planta original de Girolamo Rainaldi (y su hijo Carlo Rainaldi ),comenzada en 1652, lugar en que Santa Inés fue martirizada en el circo de Flavio Doniciano, convertida luego en la Plaza Navona. Su acceso principal en la Via si Santa Maria dell'Anima. La fachada se expandió para incluir partes del lindante Palazzo Pamphilii, ganando espacio para los dos campanarios.

Al llegar al Campo de Fiori, intentamos buscar un restaurante que nos recomendaron.Hasta el siglo XV la plaza no existía y en su lugar había un prado florido, del cual deriva su nombre. En el 1456 el papa Calixto III hace pavimentar la zona como parte de un proyecto más amplio de remodelación de todo el rione de Parione. Esta remodelación preveía que muchos edificios importantes fueran construidos en la zona; en particular, el edificio de la familia Orsini estaba en el mismo Campo de' Fiori.

Por este motivo la plaza se hace un lugar de paso obligatorio para las personalidades más relevantes tales como embajadores y cardenales. Esto aportó un cierto bienestar a la zona: la plaza se convierte en la sede de un floreciente mercado de caballos que se llevaban dos veces a la semana (lunes y sábados), y en torno a ella surgieron muchos locales, albergues y talleres de artesanos. La plaza se convierte en centro de actividades varias, ya sean comerciales o culturales.

En Campo de' Fiori tenían lugar ejecuciones públicas. Aquí el 17 de febrero del año 1600 fue quemado vivo Giordano Bruno, en cuyo recuerdo se construyó un monumento eregido en la misma plaza en el año 1889, obra de Ettore Ferrari.

Escogimos el restaurante que esta primero a la izquierda mirando de frente a la plaza, cuando vienes de la piazza Navona. Nos parece que se llamaba Baccanate, pero...tomamos Fusilli Cavolo, Pappardella, vino rosso della casa, lo que nos costó 38 euros. No podemos decir que fuera barato, pero pensamos que comer en Roma era caro, lo cual al final no fue así. Lo que sí, podemos decir es que la pasta estaba riquísima y que la terraza mirando a la plaza con calefacción estaba muy bien por vistas y por calidad de atención. Por cierto la pasta era hecha en la casa.
Nos volvimos al Hotel, ya que acabamos de cenar a las 21:23, y todo lo hacemos andando. Al volver acabamos en el Giardini del quirinale. En el año 1583 el Papa Gregorio XIII comenzó la construcción de una residencia vacacional, en un área considerada más sana que la Colina Vaticana y el Laterano, encargándose la obra al arquitecto Ottaviano Mascarino. Los trabajos terminaron en 1585, y ese mismo año la muerte del Papa impidió a Mascarino realizar un segundo proyecto que preveía la ampliación del palacete para transformarlo en un gran palacio con alas porticadas paralelas y un gran patio en su interior. El edificio construido por Mascarino aún se puede reconocer en la fachada norte del patio de Honor, caracterizada por ser una fachada a doble logia y superada por la torre panorámica hoy conocida como Torre de los vientos o Torrino, sucesivamente elevada con la construcción del campanario bajo un supuesto proyecto de Carlo Maderno y Francesco Borromini.
El último Papa que habitó en el Quirinal fue Pío IX. El primer Rey que habitó en el Quirinal fue Victor Manuel II de Italia desde que Roma es la capital del Reino de Italia desde 1870. Después de ese monarca, vivieron sucesivamente Humberto I de Italia, Victor Manuel III de Italia y Humberto II de Italia, el último Rey en habitar en ese palacio del Quirinal, cuando Italia fue proclamada república en 1946.
El palacio hospeda las oficinas y los apartamento del Jefe del Estado, y en el lado largo de la vía del Quirinal (la denominada Manica Lunga), los Apartamentos Imperiales que fueron especialmente preparados, decorados y amueblados para las dos visitas que el káiser Guillermo II realizó en 1888 y 1893 y que actualmente acogen a los monarcas y jefes del estado extranjeros en sus visitas al Presidente de la República.
Paseamos tranquilamente por las calle, no hay ningún problema, la ciudad parece tranquila y segura. Regreso al Hotel para dormir y prepara el día siguiente. Máñana tenemos una visita muy, pero que muy importante: Los museos vaticanos...
¡¡¡Chao¡¡¡

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